Por: TREBOR BARZOLA EUFRACIO

En accidentado partido el decaído ECOSEM Pasco derrotó por 2 a 0 al Once Caldas de Huariaca; en base a sus individualidades el cuadro comunero dio cuenta del Once de Huariaca en su mismo estadio, ahora los comuneros de “decaídos” pasaron a ser “resurgidos”, pues ya tiene en el bolsillo el titulo de campeón pasqueño 2022; sin embargo pese a todo el ECOSEM aún no encuentra su patrón de juego, si ganaron fue por oficio y jerarquía de algunos de sus elementos; A los 25 minutos de un tiro de esquina nació el tempranero gol, el “Toro” David Ramos de un frentazo incrustó el balón al arco del Once Caldas, golazo que enmudeció al estadio Augusto Lagos; este gol hizo que Eddy Carazas técnico del Once huariaqueño, hiciera tres cambios al hilo, entre ellos puso al moreno José Goyoneche; entre una serie de fricciones por lo contemplativo del árbitro Luis Davila se fue el primer tiempo.

Para la parte final el Once Caldas presionado por sus seguidores trata de remontar la cuenta, sin embargo la ansiedad los convierte en inoperantes, desarticulados atacan cada uno por su cuenta, esto hace que el “loquito” Quispe defienda el arco comunero con propiedad; conforme pasaba el tiempo las graderías del estadio se caldeaban, pues no llegaba ni siquiera el empate; insultos por aquí, improperios por allá, patadas y codazos por doquier y nada de nada; incluso para calmar los ánimos en el Ecosem ingresan los experimentados Ruffo Sancho y Quiquia; en los minutos de descuento, precisamente el minuto 47, el “torito” David Ramos de un zapatazo le da el tiro de gracia a los huariaqueños, golazo que finiquita el triunfo comunero por 2 a 0.

En la banca del ECOSEM estuvo el recién llegadito nuevo técnico Roberto Arrelucea Aizanoa, quien retornó a Cerro de Pasco después de más de 25 años, pues fue técnico el Unión Minas en dos ocasiones entre el 1990 y 1995, cuando el cuadro minero integra el futbol profesional peruano, tiempos aquellos; Arrelucea esta encargado de modificar, consolidar y dinamizar el accionar del cuadro comunero; el “marajá” sabe muy bien como se puede aprovechar la altura de Cerro de Pasco, donde se tiene que ser invencibles, de lo contrario no pasará nada.